Realización del retrato


1Recapitulación de técnica fotográfica


La parte «realización de un retrato» es el desarrollo de todos los ejercicios realizados en la parte «hacer una foto»

  1. Enfocar. Ejercicio de enfoque y encuadre de «Hacer una foto»

  2. Exponer. Ejercicios de exposición de «Hacer una foto».

  3. Enfoque selectivo. Ejercicios de «enfoque selectivo».

  4. Cámara y tiempo. Ejercicios de «cámara y tiempo».

  5. Perspectiva en profundidad. Ejercicios de «perspectiva en profundidad».

  6. 3 perspectivas. Ejercicio de las tres perspectivas.

  7. Revelado en cámara. Ejercicio «Revelado en cámara».



2Rostro y pose


2.1Estructura del rostro

Seis son los aspectos morfológicos de las figuras: Línea, volumen, textura, color, transparencia y brillo. El uso inteligente de la luz permite destacar estos aspectos y representar adecuadamente el objeto en su imagen.

El rostro, como cualquier otro objeto, responde también a este esquema de seis aspectos. El rostro está formado por cuatro franjas verticales que son las dos mejillas y los dos lados simétricos de la careta. La luz permite trazar líneas que definan adecuadamente el retrato como si lo dibujaran y materializar los volúmenes de manera que se vea como los pómulos ascienden, el cuello recede, la frente se alza. La luz modela las formas solo cuando sabemos emplearla.

Para modelar los volúmenes nos valemos de la gradación tonal que se produce cuando la superficie iluminada se inclina a la luz. El tono más claro aparece siempre cuando la luz cae perpendicularmente, cualquier inclinación produce un oscurecimiento de la figura. Para materializar los volúmenes del rostro hay que inclinar las luces y no dejar que sean demasiado extensas para que las distintas facetas que forman la cara puedan recoger la luz con diferentes ángulos y así aparecer a nuestra vista con diversidad de tonos. El pentágono que forma la frente, los pómulos por la parte de la nariz y la zona de la boca mejora su presencia con luces algo altas e iluminación vertical. Las mejillas, por debajo de los pómulos, se muestran mejor con luz lateral. La separación entre las dos partes delimitada por los pómulos depende en gran manera de la dureza de la luz y de la respuesta al color de la película. Tanto es así que este dibujo y contraste de las facetas puede alterarse en el laboratorio actuando sobre el contraste de los colores. Por ejemplo, pasando la imagen a blanco y negro y modificando el matiz del color.

Para dibujar las líneas podemos hacer tres cosas: trazarlas en negro, trazarlas en claro o materializarlas por contraste.

Para trazar en blanco aprovechamos los reflejos especulares que forman los brillos y que suelen aparecer allí donde el volumen es más alto y recoge la luz más directamente. El trazado en blanco puede hacerse mediante brillos o mediante luces perfiladoras, es decir, contras a tres cuartos que dejan ver una fina línea brillante sobre el perfil de la figura.

Para trazar en negro cruzamos las luces donde haya un cambio de dirección de las facetas del rostro; porque cuando dos luces se cruzan sobre una superficie alabeada aparece una línea oscura que dibuja la curva que adquiere el volumen. Podemos trazar el perfil del rostro en un plano de frente utilizando la línea de máxima inclinación que forman las mejillas al encontrarse con la careta. Esta linea aparece bien por facetas o cruzando luces. En este tipo de iluminación dibujamos sobre la cara una línea oscura que nos deja ver como queda el rostro en un tiro de tres cuartos.

La textura aparece con luces laterales. Pero no siempre querremos que sea muy patente ya que la textura en la piel suele responder a imperfecciones. El oscurecimiento de los tonos también ayuda a dibujar las texturas, por lo que por regla general evitaremos subexponer prefiriendo dejar pieles claras y luminosas abriendo el diafragma algo más de lo indicado por el fotómetro. Algo que haremos incluso con personas de piel oscura.


2.2Los tiros

Un retrato nunca se hace con los hombros frontalmente a la cámara. Siempre uno está algo más adelantado que el otro. Para colocar el cuerpo en esta posición no hay que girar la cintura, sino mover los pies. Pediremos a la persona que se sitúe frontalmente a la cámara y apoyándose sobre las dos piernas. A continuación le haremos girar el torso diciéndole que pase uno de los piés por detrás del otro. Si queremos que gira hacia su izquierda, mostrándonos el hombro derecho le diremos que retrase ligeramente el pié izquierdo por detrás del derecho. Así damos el giro adecuado al cuerpo. Ahora hay que colocar la cabeza. Dado que los hombros están en diagonal la cabeza puede estar girada levemente en el mismo sentido que los hombros o en el contrario. El giro en el mismo sentido que los hombros se llama pose masculina y se emplea con hombres y mujeres. El giro de la cabeza en sentido contrario al de los hombres se llama pose femenina y se emplea con mujeres y niños.

El rostro está dividido en tres partes: dos mejillas y la careta frontal. A su vez esta careta tiene dos mitades simétricas. Hay tres tiros para el retrato: el perfil, frontal y el escorzo.

El perfil muestra el rostro solo desde un lado. Solo se ve una mejilla y una de las dos mitades de la careta. El escorzo muestra tres de las cuatro partes del rostro. También se le llama tres cuartos o dos tercios a este tiro. En un escorzo el rostro muestra una mejilla a la cámara y el frontal pero no deja ver la mejilla más lejana. La dirección de la nariz marca el eje del retrato. La mejilla que se ve queda del mismo lado del eje que la cámara, la otra mejilla queda del otro lado del eje. El lado que está hacia la cámara se llama lado ancho y el otro lado estrecho. En el escorzo podemos dibujar perfectamente el rostro sobre el fondo ya que elegimos siempre que se muestre la línea que diferencia la mejilla del frontal.

Pocos rostros muestran la misma línea dibujada cuando se miran desde un lado que desde el otro. Elegimos siempre para tirar aquella dirección en la que la línea de dibujo del escorzo sea la más suave y mejor trazada.


2.3Encuadres del rostro, Friné y la Venus de Cnido

A decir del fotógrafo Van Moore la Venus de Cnido mantiene la pose ideal de la que podemos sacar siempre un buen tiro de retrato. Esta escultura, debida a Praxísteles y realizada en el siglo IV AC, es un retrato de la top model de la época Friné. El giro dado a la cabeza se considera un modelo fiable para realizar un retrato natural y elegante. Si nuestra intención es realizar un retrato con el que la persona fotografiada pueda identificarse, que pueda sentir que es así como es y que no se vea extraña (la razón última del tan temido «salgo mal») la venus de Cnido es nuestra referencia. Es el modelo del retrato fotográfico clásico.

Lo interesante de la idea de Van Moore es que a partir de una única composición pueden conseguirse cinco tiros diferentes de cámara obteniendo cinco retratos distintos. Si tenemos en cuenta que hay seis planos posibles (busto, medio cuerpo, imperial, cuerpo entero, medio cuerpo sentado y cuerpo entero sentado) tenemos seis por cinco, treinta fotos diferentes. Si añadimos que hay cuatro iluminaciones básicas, frontal, tres cuartos ancha frontal, tres cuartos ancha trasera y tres cuartos estrecha, tenemos treinta por cuatro, ciento veinte fotografías diferentes. Añadiendo seis estilos de composición tonal (clave alta, clave baja, cromática fuerte, cromática débil, claroscuro y por intensidades luminosas) llegamos a las setecientas veinte fotografías diferentes partiendo de una única pose. Entre setecientas veinte posibilidades al menos una responde a lo que la persona representada espera de su imagen. Encontrar cual es la imagen adecuada es cuestión de método. La idea detrás de la venus es que podemos acortar el camino hasta el retrato perfecto (y en el contexto en el que se define el problema, el retrato comercial, es perfecta la fotografía que logra la satisfacción de la persona retratada) siendo metódicos en su búsqueda en vez de confiarla al azar de la prueba y error.


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Al componer la figura según la venus el rostro está ligeramente girado sobre el torso. El primer tiro de la Venus es un perfil desde detrás del cuerpo que deja ver la espalda. La cara está perfectamente perpendicular a la cámara, no se ve la mejilla del lado contrario


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Tres cuartos trasero. El rostro gira de manera que solo muestre tres de las cuatro partes pero los hombros están casi alineados con la cámara. La nariz no sale del perfil de los pómulos.


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Frontal. Vemos las dos mejillas, las dos orejas.


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Tres cuartos delantero. Es el retrato simétrico del tres cuartos trasero. El tiro solo enseña tres de las cuatro partes en que se divide el rostro.


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Perfil delantero. La cámara vuelve a mostrar solo un lado del rostro, pero su posición deja ver la espalda y no el torso.


2.4Planos

Los nombres de los planos en retrato son diferentes de los nombres de los planos en cine. Vamos a usar los siguientes:


2.5Busto

El busto es un retrato en el que encuadramos la cabeza y, como mucho, los hombros. Todo lo más que bajamos es hasta el pecho. El busto en cine se denomina primer plano. Para que un busto tenga unas proporciones adecuadas en la imagen debe dispararse como muy cerca a metro y medio. Más cerca el primer plano quedaría desproporcionado, con una nariz prominente y orejas alejadas. No es un asunto de objetivo sino de distancia de la cámara a la figura. Los teles no comprimen la perspectiva, los angulares no la acentúan. Lo que marca la distancia entre los planos en fondo, lo que comprime la perspectiva, no es la distancia focal del objetivo, sino la de cámara a figura.

De igual manera, la profundidad de campo de la imagen no depende de la distancia focal del objetivo, sino de la relación de ampliación. Un primer plano hecho con un angular o con un tele tienen la misma profundidad de campo cuando se hacen con el mismo diafragma. No es correcta la idea de que el angular proporciona mayor profundidad, a igual tamaño figura en la imagen, igual profundidad de campo.

En pintura el primer plano se emplea para cuadros de pequeño tamaño.

El busto puede ser frontal, en perfil o en escorzo. El perfil tiene su tradición en la numismática, en las monedas y las medallas. El escorzo proporciona una representación tridmimensional, volumétrica de los rasgos.


2.6Medio cuerpo

El medio cuerpo corta la figura por la cintura. No conviene que las manos queden fuera del plano y, menos aún, que las cortemos por las muñecas. Nunca deberíamos cortar los miembros por las articulaciones. Al medio cuerpo en cine se le llama plano medio.

En pintura el medio cuerpo se emplea con cuadros de tamaño medio.


2.7Imperial

El plano que en retrato se denomina imperial consiste en cortar el cuerpo a la altura de las piernas. Corresponde a lo que en cine se llama plano americano. El nombre de imperial proviene de su formulación durante el periodo llamado del retrato del régimen por ser el encuadre adecuado para representar al emperador Carlos V.


2.8Cuerpo entero

El cuerpo entero ofrece un encuadre de toda la figura. Corresponde al denominado plano entero en cine. En pintura el retrato de cuerpo entero se emplea para realizar cuadros de grandes dimensiones.


2.9Poses

Joe Zeltsmann, el gran fotógrafo norteamericano de retrato que ha establecido escuela en la forma de trabajar, diferencia dos tipos de composiciones según la posición de la cabeza respecto de los hombros. Los hombros forman un triángulo en cuyo ápice se encuentra la esfera de la cabeza. La cabeza está en equilibrio inestable sobre el triángulo y puede rodar «visualmente». En parte el trabajo de componer la figura para el retrato consiste en hacer que las formas visuales (las de la ampliación) mantengan un equilibrio figurado que sea compatible con el equilibrio de las formas figuradas de la escena. La línea de hombros debe soportar la cabeza sin que de la impresión de que pueda rodar sobre ellos. Zeltsmann define dos composiciones para el retrato a las que llama composición masculina y composición femenina. La masculina mantiene la cabeza perpendicular a la linea de hombro mientras que la femenina no. La composición masculina se emplea con hombres y mujeres mientras que la femenina con mujeres y niños (obviamente niñas = niños).


3Exposición para retrato

3.1Valores de corrección tonal para la exposición

La piel caucásica y oriental es algo más clara que el tono medio; entre medio y un paso entero. La piel negra es del mismo tono que el medio. Para la correcta coloración podemos mirar la foto con un medidor en modo CMYK, el color «correcto» tiene el magenta igual que el amarillo y la mitad de cián. Las diferencias entre las distintas razas no varían mucho dentro de este esquema. La piel negra se caracteriza por tener un valor K mas alto que con las otras pieles, pero no difiere del equilibrio de colores dado.

Si medimos con un fotómetro de reflexión sobre la piel blanca tendremos una media que la oscurece, ya que esta piel, como hemos dicho, está en las medias tintas claras. Por su parte la piel negra, al estar mucho más cerca del gris medio estándar del 18% queda correctamente expuesta (fotométricamente hablando).


3.2El retrato en tono medio

Por tanto con la piel blanca caben dos posibilidades, exponer según la medición del fotómetro o hacerlo corrigiendo esta exposición. Al exponer según la medida del fotómetro oscurecemos la piel blanca, lo que intensifica el carácter del retrato y puede avejentarlo. Marca más el volumen y las formas de la piel, lo cual puede ser tanto adecuado como la mayor de las insensateces según sea el tipo de retrato que queremos hacer. La exposición en el tono medio, además, marca todas las marcas que el tiempo escribe en el rostro. Sería la opción para un retrato fiel y naturalista (en el sentido literario del término).

Para la piel negra el retrato en tono medio da cuenta del tono natural de la piel.


3.3El retrato en primera luz

La otra manera de exponer la piel blanca es abriendo un paso el diafragma respecto de la medición reflejada por la piel. Los tonos conseguidos son luminosos y la piel queda natural y no no oscurecida. Se aprecian menos las marcas y nos acercamos al retrato idealizado de la fotografía de belleza y del retrato alegórico. Abriendo algo más el diafragma (o bajando la velocidad de obturación) damos aún mas luminosidad a la piel ganando en idealización. Buena parte de la fotografía de moda se hace sobreexponiendo la piel para lograr ese efecto de belleza tan característica del género.


John Alonzo, en la entrevista publicada en el libro de Schaefer y Salvato Maestros de la luz, aconseja que para rodar con personajes de piel blanca y negra en el mismo plano es preferible iluminar para el negro en vez de hacer lo contrario, sobreiluminarlo con la falsa idea de que así se verá mejor. En un plano en el que aparecen personajes de piel blanca y negra es mejor iluminar partiendo de la piel oscura, dejándola en zona V aunque demos más luz a la piel blanca que, no obstante, no resultará excesivamente sobrexpuesta. El problema de fondo esta en la distinta coloración de los brillos producidos por la piel blanca. Mientras hay pieles que reflejan manchas de luz azuladas (lo que queda plenamente de manifiesto cuando hay un cielo abierto sobre el personaje) otras personas tienen la piel más ocre, o más castaña. Al sobreiluminar exageramos los brillos, al iluminar en bajo dejamos los tonos de la piel naturales y minimizamos los brillos, especialmente en las situaciones de las que estamos hablando: personajes blancos y negros en un mismo plano.



(c) Paco Rosso, 2014-El retrato--Realización de un retrato- 5/5